El grabado de los astrónomos


El conocido como grabado Flammarion es una xilografía de autor desconocido. Debe su nombre al autor del libro donde se la encontró: el tratado L’atmosphère: météorologie populaire (1888) de Camille Flammarion. Lo más probable es que se realizase por encargo (puede que incluso lo grabase el propio Flammarion) para ilustrar uno de los pasajes del propio libro, en el que el autor describe las arcaicas concepciones del mundo. El pie de imagen reza: “Un misionario de la Edad Media dice haber encontrado el punto en el que el cielo se encuentra con la tierra”.

Esta imagen se me quedó colgando del ojo el año pasado, tras visitar uno de los muchos museos de Berlín (a saber cuál). Y es que, pese a la aparente ingenuidad de la cosmovisión que representa, tiene algo… perdurable: un curioso llega hasta la frontera y asoma su cabeza más allá de las apariencias, más allá del bonito caos, para descubrir el mecanismo, la explicación, el orden subyacente que permite predecir los fenómenos de la Tierra. Qué es sino un investigador, el conejo que sale de la chistera para erigirse en mago.

Quizás, una imagen tan aparentemente precientífica, situada en una Tierra abovedada y plana, retrate también la esencia del pensamiento científico. A fin de cuentas, conviene no olvidar que la ciencia nunca es un resultado, un conocimiento positivo o la “Verdad” sobre algo. La ciencia ante todo es (debe ser) un método: la herramienta que nos permite asomar la cabeza para ver más allá del bonito caos.

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1 Comment

  • Alex
    3 November 2011 at 2:40 

    Este grabado es alucinantemente enigmático, más que los de la serie Melancolía de Durero… Grácias por divulgarlo, y enhorabuena por tu blog: te hago saber que lo pongo en favoritos…
    Un saludo

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